Escribe: Néstor Roque Solís.
Todo apunta a que Huacho continúe siendo la sede de la región Lima por su cobertura económica, social, política, jurídica y de infraestructura en proceso de construcción. En este proceso judicial, Cañete tiene solamente una bandera jurídica a su favor, ser la provincia que tiene mayor población en la región Lima.
Las ventajas comparativas que tiene la provincia de Huaura, no nos hace mirar por encima del hombro a una provincia hermana, que también tiene justas aspiraciones para lograr su desarrollo, después de haber sufrido el fatídico terremoto el 15 de agosto 2007, y que las autoridades hasta la fecha no han cumplido con la adecuada atención de sus servicios básicos de vivienda, saneamiento, seguridad y su desarrollo socioeconómico.
No provoquemos a pueblos hermanos. Dejemos que los abogados de las partes hagan su trabajo y no convoquemos una movilización, frente a un pueblo que aún no cierra sus heridas del terremoto del 2007, pero mantiene firme sus aspiraciones por una mejor calidad de vida. Las autoridades de Huacho, sede de región, deberían dedicar su tiempo a generar inversiones, capacidades y competencias asegurando estudios, salud, seguridad y fuentes de empleo para las nuevas generaciones y no estar pensando en ir a Cañete para generar respuestas y más problemas.
Es un desatino movilizar gente acompañando a los regidores de la Municipalidad Provincial de Huaura este jueves 27 y participar en la audiencia que ha convocado la Corte Superior de la provincia hermana. Puede interpretarse como un acto de provocación, que mientras ellos hacen vigilia y rezan en este mes de agosto por sus muertos después de dos años del trágico sismo, desde Huacho se trasladen el pleno y su comitiva para decirles nosotros somos la sede de la región Lima. Desde mi punto de vista, creo que una comisión de tres o cuatro funcionarios es suficiente.
Los debates se resuelven con argumentos. ¿A qué van todos los regidores de Huacho a Cañete? ¿Para aplaudir al alcalde? El trabajo jurídico está en manos del doctor César Valegas. Confiemos en su capacidad profesional, sin reclamos altisonantes ni provocaciones chauvinistas que son artimañas del pasado.
La lucha frontal de los huachanos no es contra los cañetanos, sino contra la pobreza, la falta de trabajo, la educación y la exclusión social. El desarrollo de Huacho y la provincia de Huaura no está en los pasillos de la Corte Superior de Cañete. Nuestro desarrollo está en poner en marcha los proyectos sociales pendientes y al mismo tiempo extirpar la corrupción y poner punto final al desorden administrativo en los gobiernos locales y el gobierno regional.
REGION LIMA: SIN FORTALECIMIENTO DE CAPACIDADES
Lo que genera riqueza y bienestar a la región es el capital humano. Todo lo demás: materia prima, insumos y sedes administrativas, siendo importantes para el desarrollo, por sí solos no generan valor agregado. Sólo la inteligencia y el talento son capaces de darnos progreso. Para eso hay que planificar y no solamente dar un mensaje como el Presidente Alan García el 28 de julio en el Congreso de la República, diciendo que para el Bicentenario de la Independencia, es decir, para el 2021 seremos un país de primera en el mundo. Faltan aún 12 años y en esa fecha un García setentón estará seguramente acudiendo al geriatra para curar sus males.
Todos los países que lograron su desarrollo, lo hicieron con planificación, conocimiento y compromiso. Dos ejemplos concretos: Japón después de la segunda guerra mundial y Chile al emerger de la crisis política de los años 80. Los japoneses calcularon alcanzar su desarrollo en 30 años y lo lograron. Los hermanos del Mapocho dijeron que para el Bicentenario de su Independencia (2010) serían desarrollados y lo están consiguiendo.
¿Qué esperamos para iniciar una cruzada que tenga como objetivo supremo ubicar a la región Lima y la Nación en el camino del desarrollo? Desafortunadamente, con el APRA en el poder hemos rifado el destino del país por cinco años. Menos mal que ya están alistando maletas. Que no vuelvan más los ineficaces y corruptos de cuello y corbata que tanto daño hacen al país.
Igual estamos rifando el destino de la región Lima, con un presidente regional que no suena ni truena. Su más reciente fracaso fue oficiar de mediador en el conflicto de Andahuasi. Si no pudo con los «buenos oficios» solucionar el problema de una empresa azucarera de mil trabajadores, menos podrá resolver el de una región de 840 mil habitantes. Nadie sabe cuál es el programa o plan estratégico para la región Lima.
Si las autoridades realmente aspiran al desarrollo de la provincia y la región, deberían invertir en el capital humano: trabajo, educación, cultura, salud, recreación y deporte. No es posible construir un país de primera categoría para el 2021, sin un plan de fortalecimiento de capacidades. Los pocos cursos y seminarios no satisfacen las demandas reales y los participantes acumulan diplomas que no valen más que la cartulina de hilo, porque en los hechos concretos no mejoran ni los niveles de calificación ni las condiciones de vida.
Siempre se critica la inversión en fierro y cemento. Es cierto, cada día vemos que el mayor tiempo de las autoridades está en hacer obras; poco, casi nada, está en fortalecer el capital humano. Uno que otro evento aislado vemos realizar en la provincia y en la región Lima: simples migajas frente a los millones de soles destinados al ornato y la infraestructura con el diez por ciento asegurado.
Definitivamente, el Gobierno Regional de Lima no dispone de una variada gama de instrumentos para el desarrollo de programas de capacitación, liderazgo, emprendimiento, asistencia técnica, microemprendimiento, capital semilla, nivelación de estudios que en conjunto constituyen herramientas eficientes para mejorar la calificación del capital humano.
Si no le ponemos más recursos al fortalecimiento de capacidades en todos los niveles de la administración público y privado, se debilita el futuro de todas las regiones. En las provincias y distritos necesitamos un debate de ideas y propuestas, para desarrollar un plan maestro estratégico con visión del desarrollo al año 2021.Con justa razón nos corresponde una universidad digna, el pago de tributos de la sal, el cumplimiento de una plataforma de lucha por los grandes proyectos educativos y de infraestructura en cada uno de los corredores económicos de los valles costeños y andinos.
En los últimos tres años de gobierno local y regional toda la agenda social y política gira por la sede de región y la conquista de cuatro curules. ¿No tienen otro punto en la agenda social y política? ¿Qué alternativa le llevamos al pueblo de Cañete, destruido y golpeado por el terremoto del 2007? ¿Por qué no descentralizar funciones con la creación de una subsede regional? ¿Por qué no convertir a Cañete en un polo de desarrollo?
Existen autoridades que día y noche sueñan con la ley electoral y la ley sede de región, y nunca han dicho una sola palabra sobre la ley de Mancomunidad Municipal 29029 y la ley de Integración Regional 28274; a pesar que ambos dispositivos generan grandes incentivos para el desarrollo de los territorios de los gobiernos locales y de la región.
Una vez más la mirada de las autoridades y sus funcionarios está en las pequeñeces del corto plazo y no en proyectos de impacto provincial y regional como la mancomunidad municipal, corredores económicos en cuencas, modernización agropecuaria, integración, competitividad y proyecto educativo regional. Para estos temas no hay tiempo, no hay fondos, no hay movilización del pleno ni de la portátil provincial y regional.
Todo apunta a que Huacho continúe siendo la sede de la región Lima por su cobertura económica, social, política, jurídica y de infraestructura en proceso de construcción. En este proceso judicial, Cañete tiene solamente una bandera jurídica a su favor, ser la provincia que tiene mayor población en la región Lima.
Las ventajas comparativas que tiene la provincia de Huaura, no nos hace mirar por encima del hombro a una provincia hermana, que también tiene justas aspiraciones para lograr su desarrollo, después de haber sufrido el fatídico terremoto el 15 de agosto 2007, y que las autoridades hasta la fecha no han cumplido con la adecuada atención de sus servicios básicos de vivienda, saneamiento, seguridad y su desarrollo socioeconómico.
No provoquemos a pueblos hermanos. Dejemos que los abogados de las partes hagan su trabajo y no convoquemos una movilización, frente a un pueblo que aún no cierra sus heridas del terremoto del 2007, pero mantiene firme sus aspiraciones por una mejor calidad de vida. Las autoridades de Huacho, sede de región, deberían dedicar su tiempo a generar inversiones, capacidades y competencias asegurando estudios, salud, seguridad y fuentes de empleo para las nuevas generaciones y no estar pensando en ir a Cañete para generar respuestas y más problemas.
Es un desatino movilizar gente acompañando a los regidores de la Municipalidad Provincial de Huaura este jueves 27 y participar en la audiencia que ha convocado la Corte Superior de la provincia hermana. Puede interpretarse como un acto de provocación, que mientras ellos hacen vigilia y rezan en este mes de agosto por sus muertos después de dos años del trágico sismo, desde Huacho se trasladen el pleno y su comitiva para decirles nosotros somos la sede de la región Lima. Desde mi punto de vista, creo que una comisión de tres o cuatro funcionarios es suficiente.
Los debates se resuelven con argumentos. ¿A qué van todos los regidores de Huacho a Cañete? ¿Para aplaudir al alcalde? El trabajo jurídico está en manos del doctor César Valegas. Confiemos en su capacidad profesional, sin reclamos altisonantes ni provocaciones chauvinistas que son artimañas del pasado.
La lucha frontal de los huachanos no es contra los cañetanos, sino contra la pobreza, la falta de trabajo, la educación y la exclusión social. El desarrollo de Huacho y la provincia de Huaura no está en los pasillos de la Corte Superior de Cañete. Nuestro desarrollo está en poner en marcha los proyectos sociales pendientes y al mismo tiempo extirpar la corrupción y poner punto final al desorden administrativo en los gobiernos locales y el gobierno regional.
REGION LIMA: SIN FORTALECIMIENTO DE CAPACIDADES
Lo que genera riqueza y bienestar a la región es el capital humano. Todo lo demás: materia prima, insumos y sedes administrativas, siendo importantes para el desarrollo, por sí solos no generan valor agregado. Sólo la inteligencia y el talento son capaces de darnos progreso. Para eso hay que planificar y no solamente dar un mensaje como el Presidente Alan García el 28 de julio en el Congreso de la República, diciendo que para el Bicentenario de la Independencia, es decir, para el 2021 seremos un país de primera en el mundo. Faltan aún 12 años y en esa fecha un García setentón estará seguramente acudiendo al geriatra para curar sus males.
Todos los países que lograron su desarrollo, lo hicieron con planificación, conocimiento y compromiso. Dos ejemplos concretos: Japón después de la segunda guerra mundial y Chile al emerger de la crisis política de los años 80. Los japoneses calcularon alcanzar su desarrollo en 30 años y lo lograron. Los hermanos del Mapocho dijeron que para el Bicentenario de su Independencia (2010) serían desarrollados y lo están consiguiendo.
¿Qué esperamos para iniciar una cruzada que tenga como objetivo supremo ubicar a la región Lima y la Nación en el camino del desarrollo? Desafortunadamente, con el APRA en el poder hemos rifado el destino del país por cinco años. Menos mal que ya están alistando maletas. Que no vuelvan más los ineficaces y corruptos de cuello y corbata que tanto daño hacen al país.
Igual estamos rifando el destino de la región Lima, con un presidente regional que no suena ni truena. Su más reciente fracaso fue oficiar de mediador en el conflicto de Andahuasi. Si no pudo con los «buenos oficios» solucionar el problema de una empresa azucarera de mil trabajadores, menos podrá resolver el de una región de 840 mil habitantes. Nadie sabe cuál es el programa o plan estratégico para la región Lima.
Si las autoridades realmente aspiran al desarrollo de la provincia y la región, deberían invertir en el capital humano: trabajo, educación, cultura, salud, recreación y deporte. No es posible construir un país de primera categoría para el 2021, sin un plan de fortalecimiento de capacidades. Los pocos cursos y seminarios no satisfacen las demandas reales y los participantes acumulan diplomas que no valen más que la cartulina de hilo, porque en los hechos concretos no mejoran ni los niveles de calificación ni las condiciones de vida.
Siempre se critica la inversión en fierro y cemento. Es cierto, cada día vemos que el mayor tiempo de las autoridades está en hacer obras; poco, casi nada, está en fortalecer el capital humano. Uno que otro evento aislado vemos realizar en la provincia y en la región Lima: simples migajas frente a los millones de soles destinados al ornato y la infraestructura con el diez por ciento asegurado.
Definitivamente, el Gobierno Regional de Lima no dispone de una variada gama de instrumentos para el desarrollo de programas de capacitación, liderazgo, emprendimiento, asistencia técnica, microemprendimiento, capital semilla, nivelación de estudios que en conjunto constituyen herramientas eficientes para mejorar la calificación del capital humano.
Si no le ponemos más recursos al fortalecimiento de capacidades en todos los niveles de la administración público y privado, se debilita el futuro de todas las regiones. En las provincias y distritos necesitamos un debate de ideas y propuestas, para desarrollar un plan maestro estratégico con visión del desarrollo al año 2021.Con justa razón nos corresponde una universidad digna, el pago de tributos de la sal, el cumplimiento de una plataforma de lucha por los grandes proyectos educativos y de infraestructura en cada uno de los corredores económicos de los valles costeños y andinos.
En los últimos tres años de gobierno local y regional toda la agenda social y política gira por la sede de región y la conquista de cuatro curules. ¿No tienen otro punto en la agenda social y política? ¿Qué alternativa le llevamos al pueblo de Cañete, destruido y golpeado por el terremoto del 2007? ¿Por qué no descentralizar funciones con la creación de una subsede regional? ¿Por qué no convertir a Cañete en un polo de desarrollo?
Existen autoridades que día y noche sueñan con la ley electoral y la ley sede de región, y nunca han dicho una sola palabra sobre la ley de Mancomunidad Municipal 29029 y la ley de Integración Regional 28274; a pesar que ambos dispositivos generan grandes incentivos para el desarrollo de los territorios de los gobiernos locales y de la región.
Una vez más la mirada de las autoridades y sus funcionarios está en las pequeñeces del corto plazo y no en proyectos de impacto provincial y regional como la mancomunidad municipal, corredores económicos en cuencas, modernización agropecuaria, integración, competitividad y proyecto educativo regional. Para estos temas no hay tiempo, no hay fondos, no hay movilización del pleno ni de la portátil provincial y regional.
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