sábado, 12 de septiembre de 2009

GOBIERNO REGIONAL DE NELSON CHUI: FRACASO TOTAL


¿QUÉ HACER EN LA REGIÓN LIMA DESPUÉS
DE LA FIESTA DE LAS CURULES?

Huacho - Perú.


El gobierno regional de Lima requiere de una reingeniería y nueva agenda de trabajo para los pocos meses que le quedan de gestión. Temas como salud, educación, medio ambiente, transporte, seguridad, ciencia y tecnología están clamando a gritos por cambios radicales en la región Lima.

Como lo demuestran las pintas callejeras por todos lados, se ha iniciado ya el proceso electoral. Considero que en los pocos meses que le quedan, el Gobierno Regional de Lima (GRL) debe reorientar su trabajo con una reingeniería total en la gestión administrativa. Se requiere atender el eje social y económico: modernizar la producción y mejorar la gestión del conocimiento y calidad de los servicios y programas que precisan de un urgente viraje en la estructura administrativa.

Luego de dos años y medio, la gestión Chui Mejía solamente ha producido una gran decepción. Los resultados son pobres en todas las aéreas. Pero la responsabilidad no solamente es del presidente del GRL, sino de los gerentes, asesores y consejeros que perdieron la brújula. De estos últimos, su competencia era legislar y fiscalizar; ni lo uno ni lo otro han cumplido a cabalidad.

CUELLOS DE BOTELLA POR ATENDER

En primer lugar, se encuentran temas como los de salud, educación, seguridad ciudadana, integración, competitividad, pobreza, servicios públicos y descentralización. Igual, sobresalen los temas de transporte, innovación y emprendimiento empresarial. Queda mucho por hacer con respecto a la primera infancia preescolar y educación técnica y superior. Falta mejorar la calidad de la educación pública. Falta reforzar los programas de información pública, así como los de actualización e introducción de métodos modernos con tecnología de información y comunicación.

En segundo lugar, falta profundizar esfuerzos en sectores como energía, agro, pesca, turismo y servicios de agua potable, puertos y telecomunicaciones. Es necesario poner en ejecución planes provinciales de agua y facilitar la inversión en energía, telecomunicaciones y programas y sistemas de control del medio ambiente, que es uno de los sectores donde no se ha hecho nada concreto.

En tercer lugar, hay que realizar una cirugía radical en el sistema de salud que está en crisis. Nada ha mejorado este servicio con la transferencia de la gestión a la región, al contrario se han encarecido los servicios de atención. El Sistema Integral de Salud (SIS) extiende su cobertura, pero cada día es más vulnerable y deficiente, se demuestra con el incremento de la mortalidad y morbilidad infantil. La estructura actual de financiamiento es insostenible y el funcionamiento del sistema es caótico e ineficiente en todas las provincias y distritos de la región Lima.

En cuarto lugar, está el panorama desolador de nuestro transporte urbano-rural, la contaminación y la infraestructura vial. Nuestra región está en la cola en esta materia. Decir que el GRL ha realizado obras de reparación y mantenimiento de 1200 kilómetros no es tan cierto, porque de los 1200 kilómetros trabajados, 600 ya están destruidos. Basta revisar las obras donde se han gastado millones de soles y actualmente están abandonados a su suerte, como es el caso de las carreteras de Sayán a Leoncio Prado, de Vilcahuaura a Ambar, de Huaral a Acos, entre otros que observamos en cada uno de las cuencas y valles de la región Lima.

El gobierno regional tendrá que decidir si sigue haciendo politiquería con las obras públicas (lo que su presidente llama con cierta ironía «trabajo en equipo») y condena a Lima Provincias al atraso, o si se empeña en hacer una reingeniería en cada uno de las gerencias y direcciones regionales con funcionarios capaces y transparentes que logren cambiar a la larga el triste lugar que ocupa en competitividad, integración y desarrollo regional.

TODOS SE INTEGRAN MENOS LA REGIÓN LIMA

Es lamentable que el Gobierno Regional de Lima marche a la deriva en temas de integración y competitividad regional. Comenzó trabajando con los gobiernos regionales del centro y del sur (CENSUR) y fracasó. Después tendió puentes de integración con las regiones de Huánuco y Ucayali y también fracasó; para posteriormente lanzar proclamas de coordinaciones con las regiones de Pasco y Junín, y su fracaso fue total. Rotundo fracaso por todos lados, porque a nuestro presidente nadie le hace caso por sus faltas de autoridad, capacidad y visión de futuro para la integración y el desarrollo.

Su cercanía con el presidente García sólo le ha servido para que le hagan bromas públicas de mal gusto. Tenemos un presidente abandonado a su suerte, sin brújula para atender los grandes temas del desarrollo regional en esta parte del país; y frente a estos problemas sus asesores pagados por el PNUD sólo le pasan datos, pero no proyectos de integración y competitividad territorial.

Pero el fracaso del presidente regional no sólo es a nivel de macro proyectos, sino también a nivel de micro proyectos, cuando vemos que incumple con los proyectos aprobados con la sociedad civil. En todas las provincias, distritos y comunidades existen reclamos y quejas, hasta su propio socio el alcalde Pedro Zurita le reclama eficiencia y transparencia, por todas las obras inconclusas y mal terminadas. Sólo en los distritos vecinos de Huacho hay una andanada de reclamos por las obras en mala situación; ya es de imaginarse cómo andan las obras en la sierra en inversiones y cumplimiento de normas técnicas.

A la luz de los resultados, después de cerca de tres años de gobierno en la región Lima, esta gestión es desastrosa. Es una agencia ejecutora de pequeñas inversiones. No se percibe diferencia con lo que fueron los Consejos de Administración Regional (CTAR), que fueron simples agencias administrativas del gobierno central.

La gestión y las inversiones estratégicas locales y regionales cambiaron radicalmente con la globalización y la nueva economía; por tanto, las regiones deben articularse mirando los nuevos mercados que tenemos alrededor y en el mundo, para lo cual se requiere competitividad e integración de territorios con afinidad económica, social y cultural.

Esta es una agenda de trabajo que requiere de cirugía mayor en la estructura administrativa del gobierno regional. Eso sólo depende del presidente regional, porque sus consejeros han demostrado incapacidad para tener iniciativas en proyectos de impacto regional.

Los actuales integrantes del Consejo Regional no demuestran ser buenos representantes de sus provincias. No han formulado ordenanzas relevantes para su desarrollo y, lo que es peor, no fiscalizan absolutamente nada. Por ahora, sus ocupaciones principales son la reelección y soñar con una curul en el Congreso.

Mientras tanto, más niños mueren en los hospitales y más jóvenes dejan sus estudios para dedicarse a la delincuencia y al pandillaje en la ciudad de Huacho y la región Lima.

Por: Néstor Roque Solís

www.igdcconsultores.com